
La escuchás en cada discusión económica, pero… ¿Qué significa realmente “emitir dinero”? ¿Por qué algunos le tienen miedo y otros la defienden? Acá, una explicación simple y sin vueltas.
La emisión monetaria es, básicamente, cuando el Banco Central pone más dinero en circulación. Puede hacerlo literalmente imprimiendo billetes, o de forma electrónica, acreditando pesos en cuentas del Estado o bancos. Esta herramienta existe en todo el mundo, pero en Argentina genera pasiones, confusiones… y muchas polémicas.
¿POR QUÉ EMITE UN PAÍS?
Porque necesita financiar algo que no puede pagar con lo que recauda. Por ejemplo:
- Pagar sueldos o jubilaciones cuando hay déficit fiscal.
- Asistir con subsidios o programas sociales.
- En casos de emergencia, como una pandemia o una guerra.
Emitir no es malo en sí mismo. De hecho, todos los países lo hacen. La diferencia está en cuánto se emite, para qué, y en qué contexto.
¿LA EMISIÓN GENERA INFLACIÓN?
Depende. En contextos normales, la inflación tiene múltiples causas: aumentos de precios internacionales, tarifas, especulación, devaluaciones, etc.
Pero si un país emite mucho dinero sin respaldo en bienes o servicios (o sea, si hay más plata pero no más cosas para comprar), puede provocar inflación. Es como inflar un globo: si se pasa, explota.
¿ENTONCES, POR QUÉ EN ARGENTINA ES TAN PROBLEMÁTICA?
Porque históricamente se usó muchas veces para cubrir déficits sin resolver los problemas estructurales. Y como la confianza en la moneda es baja, la gente se cubre comprando dólares o subiendo precios. Eso genera una rueda que se alimenta sola.
¿Y SI NO SE EMITE, CÓMO SE FINANCIA EL ESTADO?
Con impuestos, endeudamiento o ajustes del gasto. Ninguna opción es gratis: subir impuestos genera rechazo, endeudarse puede ser riesgoso y ajustar puede impactar en servicios esenciales.
¿EN RESUMEN?
Emitir es una herramienta de política económica, ni buena ni mala en sí. Como toda herramienta, su efecto depende de cómo y cuándo se use. Demonizarla o idealizarla sin contexto no ayuda a entender cómo funciona la economía. Y en épocas de crisis, más que nunca, hace falta información clara.