ASTROLOGÍA, TAROT Y MÍSTICA: POR QUÉ LAS NUEVAS GENERACIONES BUSCAN SENTIDO EN LO SIMBÓLICO

Mientras el mundo se vuelve más incierto, crece la necesidad de sentido. Y ese sentido, muchas veces, no se busca en lo racional, sino en lo simbólico. Astrología, tarot, rituales y energías: ¿moda pasajera o brújula emocional?

Durante décadas, hablar de astrología era sinónimo de revistas de chimentos o predicciones vagas sobre “cómo te va a ir esta semana”. Hoy, sin embargo, esa percepción cambió. La astrología volvió con fuerza, pero no como una superstición, sino como un lenguaje simbólico para pensar(se), una herramienta de autoconocimiento y una forma de conexión con lo invisible.

Y no está sola: el tarot, los rituales con velas, los registros akáshicos, el reiki, la energía de los cristales y hasta los memes esotéricos conviven con naturalidad en los timelines de las nuevas generaciones.

UNA RESPUESTA A LA INCERTIDUMBRE

En un mundo que parece correr sin pausa —con crisis económicas, colapsos ecológicos y vínculos cada vez más frágiles—, muchos jóvenes encuentran en lo simbólico una forma de anclar sentido. La pregunta ya no es si “funciona” o no, sino qué nos permite pensar y sentir.

“El tarot no me dice el futuro, me ayuda a ordenar lo que siento”, cuenta Clara, de 26 años, que lee cartas desde la pandemia. “Es como hablar con una parte de mí que necesita un lenguaje diferente”, dice.

MÍSTICA 2.0: ENTRE LO MILENIAL Y LO Z

Instagram y TikTok están repletos de contenido esotérico: desde tiradas colectivas y horóscopos “con actitud” hasta memes de Saturno en Piscis. Lejos del dogma, la nueva mística se vive con humor, apertura y DIY (hacelo vos misma). Es emocional, accesible y estéticamente atractiva.

Además, funciona como un espacio comunitario: hay talleres, cuentas colectivas, ferias, transmisiones en vivo. Lo simbólico deja de ser un escape individual para convertirse en una experiencia compartida.

¿UNA NUEVA ESPIRITUALIDAD?

No se trata de religiones tradicionales, sino de formas más líquidas, intuitivas y personales de conectarse con algo más grande. No hay jerarquías ni manuales únicos. Hay búsquedas.

Frente a una cultura que exige certezas, productividad y rendimiento, la astrología y el tarot proponen otra lógica: la del ciclo, el símbolo, la pausa y el sentido. En esa quietud simbólica, quizás, habite una de las rebeldías más potentes de esta generación.

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